Queridísimo Humano:
Creo haberme expresado claramente en mis anteriores redacciones hacia su persona, en la cual me refiero al cambio de la idea que usted apoya y claramente sostiene.
Ahora bien, puede usted ignorar mi petición, como seguramente ha hecho con las incontables
cartas llenas de preguntas que le he escrito. Esta claro, no he recibido ninguna respuesta.
Tampoco esperaba recibir una, puesto que se que usted se considera un hombre de negocios
importante, ocupado, hasta podria decir, con su perdón, ambicioso.
Sólo veo al cambio como esperanza para los demás. Por favor, salga a los corredores de su
casa, no piense en la material. Supongo yo que el aspecto en el que usted encontrará a los
seres humanos que aquí habitan que, lamentados, arrastran automáticamente sus inocentes
cuerpos sobre élla.
No le gustaria, mi señor, que vuelva la contentación con la cual no sea usted temido, sino
amado? No me tome a mal, solamente intento encaminarlo por lo que, creo, es el mejor
camino, el camino más puro.
Puede usted herirme, atacarme si lo desea, pero con lo que he tenido que soportar casi toda
mi vida, eso no será nada, puesto que me hiero costantemente, no lograría usted sobresalir en
una guerra conmigo.
No podré vivir mucho tiempo más, de modo que será éste el último sobre que recibirá de mí,
y sólo espero que lo entienda, que haya tenido sentido, y haga próspera nuestra relación.
Cada vez menos suya,
La Tierra
1 comentario:
simplemente genial... me disgusta ser parte de la especie que mas daña a la mama tierra... quizas algun dia lo entendamos y cambiemos nuestra actitud!!! muy sabias tus palabras. Besos!!! Carla.
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